El bonito del norte y sus conservas: un tesoro saludable del mar

Aug 12, 2025Marketing Doña Tomasa

Cada año, entre junio y septiembre, se desarrolla en el mar Cantábrico la costera del bonito del norte. En este periodo, el bonito migra hacia aguas más frías, lo que permite su captura en condiciones óptimas. Es en este momento cuando se obtiene un pescado en su punto justo de grasa y textura.

Durante la costera, el bonito se pesca uno a uno, utilizando técnicas tradicionales con caña. Este método permite una selección cuidadosa de cada ejemplar y evita capturas masivas, lo que reduce el impacto ambiental. Parte del bonito capturado se destina a la elaboración de conservas, siguiendo procesos manuales que garantizan la calidad del producto final.

Más allá de su valor gastronómico, el bonito en conserva destaca por su perfil nutricional. Aporta proteínas completas, es decir, contiene todos los aminoácidos esenciales que el organismo necesita para funciones básicas como la regeneración celular, la reparación muscular y la producción de enzimas y hormonas. Esto lo convierte en una fuente de proteína útil tanto para quienes siguen dietas convencionales como para personas que buscan alternativas al consumo frecuente de carne.

Otro aspecto importante del bonito es su contenido en ácidos grasos Omega-3. Estos lípidos, presentes también en el producto en conserva, están asociados a múltiples beneficios para la salud cardiovascular y cerebral. Diversos estudios señalan que el consumo regular de pescado azul ayuda a mantener niveles normales de triglicéridos en sangre, contribuye al control de la inflamación y favorece el funcionamiento del sistema nervioso. A diferencia de otros métodos de cocinado, la conserva en aceite permite preservar parte de estos compuestos, siempre que se haya elaborado sin procesos agresivos.

El bonito en conserva también destaca por su densidad nutricional en relación a su aporte calórico. Entre sus principales micronutrientes se encuentran la vitamina B12, necesaria para el funcionamiento del sistema nervioso y la formación de glóbulos rojos, así como la vitamina D, que interviene en la absorción de calcio y el mantenimiento de huesos y dientes. A esto se suman minerales como el fósforo, el magnesio y el selenio, que participan en funciones esenciales del metabolismo celular.

Una de las ventajas prácticas del bonito en conserva es su durabilidad. Puede almacenarse durante meses o incluso años sin perder calidad, siempre que se mantenga en condiciones adecuadas. Esto facilita su incorporación en la alimentación cotidiana sin depender de la disponibilidad de pescado fresco. Además, su textura blanda y su facilidad de digestión lo convierten en un alimento apto para todo tipo de edades y necesidades dietéticas. Al combinar un perfil nutricional equilibrado con un alto poder saciante, puede contribuir a una alimentación variada y controlada en cantidades.

En conjunto, el bonito del norte en conserva representa una opción accesible, estable y nutritiva dentro del consumo de pescado azul. Su presencia en la despensa permite disponer de un alimento con alto valor nutricional que se adapta bien tanto a preparaciones simples como a platos más elaborados. Durante la costera, se garantiza su frescura y calidad desde el origen. Consumir bonito en conserva elaborado con métodos respetuosos con el entorno es una forma sencilla de incorporar pescado azul a la dieta y apoyar prácticas responsables en el sector pesquero.

En Doña Tomasa te ofrecemos una amplia gama de conservas de bonito para que lo disfrutes en su mejor momento.

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